Capillas



Capilla de San Antonio de Padua

Situada en la altura del promontorio que lleva su nombre, también conocido como la Punta del Cuerno o Cuirnu, e inmediata a la Atalaya, constituye uno de los pocos testimonios arquitectónicos de la cultura renacentista en la zona. Consta de una sola nave y cabecera rectangular, cubierta de madera y bóveda de crucería con nervios y clave muy resaltados. Su campanario se eleva unos 6,5 m. del suelo y unos 64 m. sobre el nivel del mar.

Desde su ubicación domina un pequeño saliente que los pescadores llaman "Punta debajo del Santo o de San Antonio", lugar que fue testigo de muertes y mutilaciones durante la Guerra Civil Española. Alberga la imagen de San Antonio, santo protector de amores y noviazgos, patrón de los peregrinos y abogado de las cosas perdidas. Se celebra la festividad del Santo el 13 de junio, con actos religiosos en la Ermita y una jira en las cercanías de la misma con subasta del "ramu", reparto del bollu preñao y botella de vino y como colofón, por la noche se celebra el concurso de Danza Prima.

La ermita  tuvo que ser reconstruida piedra a piedra y transladada para evitar que se viniera abajo por un argayo.Los trabajos dieron comienzo en el año 2011 y fue preciso acometer la tala de varios eucaliptos de la loma y el acondicionamiento, nivelación y cierre del terreno donde se re-ubicó la capilla. 

El resto de la obra consistió en la edificación de los muros de mampostería que completan la estructura de la ermita que ofrece ahora la misma imagen que la original. Fue inaugurada en junio del año 2015.

Nació en Lisboa el 15 de agosto de 1195, con el nombre de Fernando de Bulhões, en el seno de una familia pudiente descendiente del cruzado Godofredo de Bouillon, y murió en Padua el 13 de junio de 1231.

Al ser bautizado recibió el nombre de Fernando. Su familia le procuró una sólida educación en la escuela catedralicia local. Contrario a los deseos de su familia, Fernando ingresó en la Abadía Agustina de San Vicente en las afueras de Lisboa. Los monjes de la orden de San Agustín, de la cual el era miembro, eran famosos por su dedicación a los estudios. Fernando estudió las Sagradas Escrituras, a San Jerónimo, a San Agustín, a San Gregorio el Magno y a San Bernardo. También estudió los clásicos latinos como Ovidio y Séneca. Sin embargo, Fernando recibía constantemente la visita de amigos y familiares que le traían regalos de los cuales se avergonzaba y noticias de su entorno social que le molestaban. Su dedicación al estudio se veía importunada y no lograba encontrar paz donde se encontraba. Por tal razón convenció a sus superiores para que le trasladaran a la Abadía Agustina de la Santa Cruz en Coimbra, la entonces capital de Portugal y así continuar sus estudios. 

En el verano de 1220 recibió el hábito franciscano y comenzó a estudiar la enseñanzas de su fundador, Francisco de Asís. Adoptó el nombre de Antonio en honor de Antonio el Magno a quien estaba dedicada la ermita franciscana en la que él residía. En la fiesta de Pentecostés de 1221 miles de frailes se congregaron en Asís, episodio que ha pasado a la historia como el Capítulo de las Esteras ya que muchos de los frailes ahí reunidos tuvieron que dormir en esteras. Este Capítulo General tuvo por tema un versículo del Salmo 143: “Bendito sea el Señor mi Dios que adiestra mis manos para la batalla” y estuvo presidido por el cardenal Raniero Capocci en ausencia del patrón de la orden, el cardenal Ugolino dei Conti di Segni quien sería el futuro Gregorio IX, el papa que canonizará a San Francisco.Una vez concluida la reunión, el provincial de Bolonia, Fraile Graziano lo envió a una pequeña ermita en las montañas del pueblo de Montepaolo para que sirviera como sacerdote. Este fue uno de los períodos más felices de la vida de Antonio de Padua quien por fin había pasado a vivir en la sencillez absoluta. 

A finales del verano de 1222 la comunidad franciscana descendió al valle para asistir a las ordenaciones sacerdotales en la catedral de Forlí. Antonio se vio obligado a predicar cuando el predicador no pudo llegar y todos quedaron maravillados con su sermón. A partir de entonces, viajó por todo el norte de Italia y el sur de Francia predicando especialmente en zonas donde la herejía primaba.

Se dice que era un predicador elocuente con una voz clara y fuerte, una atractiva sonrisa y una maravillosa memoria. Llamado "Doctor Evangélico". Escribió sermones para todas las fiestas del año. Con el celo de un apóstol emprendió la tarea de reformar la moralidad de su tiempo combatiendo de forma especial la lujuria, la avaricia y la tiranía. Su obra escrita son los Sermones en latín.

San Antonio de Padua posee el récord de la canonización más rápida de la historia. Fue declarado santo 352 días después de su deceso, el 30 de mayo de 1232, fiesta de Pentecostés.




Capilla de San Roque

Situada en la ruta pintoresca de la cuesta La Formiga, del Monte Fuxa, a 300 m. de la c/ Subida San Roque. Fue levantada en el siglo XVI para implorar al Santo, con el fin de que no entrase la peste en Candás. El 16 de agosto se celebra la festividad del Santo, con una misa solemne en la capilla y posteriormente una romería en los aledaños de la misma.

Es costumbre tocar la campana el día de San Roque. "La tradición dice que hay que tocar la campana siete, nueve o hasta doce veces antes de entrar en la ermita para lograr la protección de San Roque. La campana de la ermita desapareció en 1985 y fue sustituida por la actual mediante suscripción popular.



Cuenta la historia que Roque habría nacido por el año 1.300 en la ciudad francesa de Montpellier. . Quedó huérfano muy pronto y vendió toda la herencia familiar para entregar los beneficios a los pobres. De alguna manera, nuestro santo habría hecho realidad aquella cita del evangelio de Mateo que dice: "Vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en el cielo y luego vente conmigo". Con este deseo de seguir en la pobreza a Jesús y también de enseñar la fe cristiana, inició su peregrinación a Roma.

En la zona de la Toscana, Roque se hospedó en la ciudad de Acquapendente y, en el hospital, se puso a servir a todas aquellas personas que estaban infectadas de la peste, logrando, cómo no, curaciones admirables e inexplicables. Seguramente, San Roque aprendió nociones de Medicina en su ciudad natal, que puso luego en práctica durante sus peregrinaciones.  Se cuenta que en la ciudad italiana de Cesanea, antes de llegar a Roma, nuestro santo curó a un cardenal, y que este lo presentó luego al Papa.

Cuando se dispuso a regresar a su país, pasó por Rímini. Allí predicó el evangelio y continuó curando de la peste a aquellas personas que podía. Tantas curaciones y tanto contacto con los infectados, propició que en la ciudad de Piacenza él mismo quedara contagiado y se viera obligado a retirarse en un bosque de las afueras de la ciudad.

Se explica, que cuando nuestro santo se trasladó al bosque para no infectar de esta manera a los vecinos de Piacenza, recibía cada día la visita de un perro que le llevaba un panecillo. El animalito lo tomaba cada día de la mesa de su amo, un hombre bien acomodado llamado Gottardo Pallastrelli, el cuál, después de ver la escena repetidamente, decidió un día seguir a su mascota. De esta forma, penetró en el bosque donde encontró al pobre moribundo. Ante la sorpresa, se lo llevó a casa, lo alimentó y le hizo las curaciones oportunas. El mismo Gottardo, después de comprobar la sencillez de aquél hombre y de haber escuchado las palabras del evangelio que le enseñó, decidió peregrinar como el. La curación definitiva de Roque fue gracias a un ángel que se le apareció. Cabe decir que otras versiones populares afirman que fue el mismo perro quien le curó, después de lamerle la herida de su pierna varias veces cuando el santo estaba en el bosque.

Una vez curado, Roque decidió volver definitivamente a Montpellier, pero en el norte de Italia, en el pueblo Angera, a orillas del lago Maggiore, unos soldados, acusándolo de espía, lo arrestaron. Fue encerrado y moriría en prisión entre los años 1376 y 1379. Algunos cuentan que tenía 32 años de edad en el momento de su muerte.

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